Cuando en la segunda mitad de los años ´70 un entonces niño Diego Mora (56 años, empresario) veía que la carta del BMW E9 en su versión 3.0 aparecía entre su selección de naipes de automóviles, sabía que tenía la carta clave para ganar. Ahora es el auto real en su versión 2.8 su mejor jugada, un ejemplar original que tardó años en conseguir y que resalta por su estilo.
“El modelo E9 era de los primeros autos comerciales que salen al mercado con una velocidad superior a los 200 kilómetros por hora. Me quedó grabado este modelo en la cabeza y siempre lo quise tener”, rememora Mora respecto al porqué posee este modelo en particular.
Apasionado por su automóvil y conocedor de todas sus características, comenta que la estilizada carrocería es obra de Karmann, mientras que la planta motriz es un 6 cilindros en línea de 2.800 centímetros cúbicos dotado de dos carburadores dobles y caja automática de tres velocidades.
Génesis
“El 2800 CS es la versión original con que sale este modelo al mercado. Muy pronto cambian la caja por una de 4 velocidades, le aumentan el motor a 3.000 centímetros cúbicos e introducen la inyección dando origen al modelo 3.0 CSI que fue quizás un poco más conocido”, sostiene Diego Mora, el cual por años buscó una unidad de este modelo en buenas condiciones.
La línea E9 de BMW basada en los 2000 C/2000CS fue producida entre 1968 y 1975 y comprende a los coupes 2800 CS, 3.0 CS/CSi, 3.0 CSL y 2.5 CS. Se trata de uno de los últimos trabajos de Wilhelm Hofmeister, jefe de diseño por 15 años de la marca bávara.
Tomando la base de su predecesor, los ingenieros de BMW alargaron el chasis para poder acomodar el 6 en línea código M30 y aumentaron la distancia entre ejes. Modificaron estéticamente el frontal también. El motor de 2.788 centímetros cúbicos eroga 168 hp a 6000 vueltas. Para 1971 vino la sustitución del 2800 CS por el 3.0 CS/CSi.
El modelo fue un éxito para la marca alemana, con alegrías además en la parte deportiva ya que participó en la DRM, antecesora de la DTM y en el Campeonato Europeo de Autos de Turismo, donde en 1973 fue campeón el piloto de Países Bajos Toine Hezeman a los mandos de un 3.0 CSL. Del ´75 al ´79 continuó el éxito arrollador del mismo modelo.
Comienza la búsqueda
“Inicié su búsqueda en Colombia (su país natal) antes de venirnos a vivir a Chile el año ´99. Posteriormente acá continué. A ambos países llegaron muy pocos autos de este modelo, por lo general los que encontré en Colombia estaban destruidos, habían sufrido graves accidentes y los habían reconstruido”, recuerda. La pesquisa por dar con el auto estrella del mazo de cartas iba a ser larga, pero no se dio por vencido.
“Estando en Santiago aparece en el diario un día un aviso de “BMW, modelo único”. Llamo y quien lo publicó no supo describirme el auto (…) Era un 2002 Touring. Le describí qué era lo que estaba buscando. Me comentó que sabía donde había uno y que me lo traería en una semana”.
“Lo llamo a la siguiente semana, y a la siguiente, y a la siguiente… y decido no seguir llamando temiendo que me cobraría una fortuna”, recuerda con lujo de detalles Mora. Lejos de amilanarse, cambió de táctica para “hacerle guardia” al contacto. Sabía que podía dar con la clave del éxito.
De esta forma fue como tomó como rutina pasar dos veces por semana frente a la casa – taller del vendedor antes de ir al trabajo. Una y otra vez repitió lo mismo, hasta que se produjo el evento que esperaba por años: “Un día jueves, a las 8:00 am paso por el frente y… ¡está el auto sobre una grúa! Me bajo, timbro y le digo que sí es el auto que estaba buscando. Me responde: “lléveselo ya, porque a las 9 am viene otro cliente a buscarlo”.
Arriesgada jugada
“No sabía en qué condiciones estaba, le di un cheque, me lo llevé y acordamos firmar en la notaría el traspaso a mediodía. No sabía si llegaría, qué pasaría, el estado del auto. Llamé a un amigo “tuerca” y le comento el dilema. Me dice: “no lo dudes, no lo volverás a encontrar”.
“Confieso fue una mezcla de irresponsabilidad, adrenalina, sueños por cumplir, temor… pero todo salió bien. Al día siguiente me llama quien me lo vendió y me ofrece un 50por ciento más de lo que había pagado por deshacer el negocio. Ahí me volvió la tranquilidad”, comenta Diego Mora quien no escatima detalles a la hora de relatar los pormenores de la concreción del capítulo.
Son muchos los seguidores del mundo de los automóviles que durante todas sus vidas acarrearán el pesado lastre que significa el hecho de no haber podido concretar un negocio referido a un auto por algún motivo y que con el paso de los años surge una y otra vez como un molesto fantasma en la mente. El propietario de la presente nota pudo esquivar esta trampa y con orgullo disfruta de su 2800 CS, del cual por sobre todo resalta su diseño.
“Considero que es el BMW más lindo que han hecho en la historia. El diseño de Karmann sin parantes laterales, la línea alargada y sofisticada del coupe, la toma de aire lateral y el emblema lateral lo hacen únicos. El manejo es suave y espectacular, uno sabe que está manejando el auto, no hay un computador intermediando y corrigiendo la conducción. Finalmente, es el modelo que marca el reingreso de BMW a la gama alta del mercado”, enfatiza Mora, quien ocupó su auto para participar el año pasado en un paseo a Casablanca como parte de un selecto grupo de vehículos clásicos y deportivos.
-¿Lo venderías?
-No.
Es una negativa rotunda, sin peros. La respuesta se adivinaba por la particularidad de la historia. Tras tanto esfuerzo por conseguirlo, es hora de seguir disfrutándolo.
Nota para ClassicCars por José Francisco Valenzuela.
Fotografías Agencia 210.
Edición por Javier Fernández G.
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