La gran pasión de Elvis Aaron Presley (1935-1977) fue la música, y vaya que le fue bien al “Rey del Rock”, ya que se han vendido más de 1.000 millones de sus discos, ganando varios millones de dólares hasta hoy, a más de 40 años de su muerte. Su otra gran pasión (tuvo muchas) fueron los automóviles, la mayor parte de los cuales está en exhibición en su ya mítica mansión-museo Graceland en Memphis, Tennesee.
A los 18 años, en 1953, comenzó el romance de Elvis con los autos, ya que para su cumpleaños recibió de parte de sus padres un Lincoln Zephyr Coupe 1942, modelo de la Ford Motor.
El pink cadillac
Sin embargo, fue la marca de General Motors, Cadillac, su predilecta desde que comenzó su carrera como cantante a mediados de los años ´50, siendo el Fleetwood 1955 rosado (original azul, mandado a pintar por Elvis) que le obsequió a su madre Gladys, que paradójicamente no sabía conducir, el más icónico de su colección.
Si de diseño extravagante se trata, la marca más opulenta de GMC no se iba con chicas, ya que sus modelos del período cuentan con enormes aletas y mucho cromo, aparte de la tecnología de punta añadida y el lujoso acabado interior. Un Fleetwood limusina de 1956 fue el elegido por “El Rey” para el traslado junto a sus músicos en la gran cantidad de giras que efectuó. De ese mismo año son su Eldorado blanco convertible y otro similar pero púrpura, claro está, para llamar la atención. En 1960 adquirió una limusina de la Serie 75.
Exclusivo BMW y deportivos
Cuando Elvis cumplió su servicio militar en Alemania Federal, adquirió un BMW (Bayerische Motoren Werke) 507. No era cualquier auto. Era parte de una edición limitada, y ese vehículo en particular fue el que estuvo en exposición en el Salón de Frankfurt de 1955.
Decenas de autos tuvo Elvis Presley. Un Mercedes Benz 600 1963 limusina fue usado como medio de transporte en sus giras, mientras que en su garage de Graceland también hubo espacio para un Ford Thunderbird convertible 1962 y un británico por excelencia a la hora de hablar de autos: un Rolls Royce Silver Cloud 1960.
Sus gustos no fueron sólo por autos grandes, opulentos y llamativos, sino que también puso sus ojos en deportivos del más alto nivel. Claro ejemplo de esto fueron sus DeTomaso Pantera 1971 y su Ferrari Dino 308 GT4 1975, una de sus últimas adquisiciones ya que en 1977 Elvis fallecía en su casa de Graceland. Allí comenzó el mito.
Nota por José Francisco Valenzuela – Javier Fernández G.
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