Una vez que Carlos Puelma Besa con la importación de su Darracq monocilíndrico de 6 1/2 hp se transformó en el primer propietario y usuario de un automóvil en Chile en 1902, comenzó una lenta transformación respecto a la forma de transportarse.
Además con la introducción al país ese mismo año de las dos unidades De Dion Bouton de 3 ½ hp y 6 hp (traídas por César Copetta) y una tercera de 12 hp con motor delantero se da el vamos a la historia automotora nacional. En 1903 llegan dos o tres unidades Darracq monocilíndricas de 8 hp y 9 hp y unos Renault con motorización Aster.
El puñado de noveles automovilistas chilenos compuesto por el propio Puelma, su hermano Ramón, José Víctor y Alberto Besa, Juan Chessebrough, Luis Montes, Arturo Gachot, junto a los galos César y Félix Copetta, no dudaron un instante en poner a prueba sus máquinas por las polvorientas calles de Santiago y alrededores.
Viajes e hitos
El gran problema es que no existía la infraestructura necesaria para este nuevo medio de transporte. Recorrer Santiago por la Alameda entre Estación Central y Plaza Baquedano fue relativamente sencillo, pero para aventurarse hacia sectores alejados como La Dehesa o el antiguo camino a Valparaíso era necesario llevar en el auto palas, azadones y cadenas junto a combustible, aceite y agua. Los autos “pegados” en el lodo eran una constante, ante lo cual empujarlos o mejor aún, la tracción de una yunta de bueyes era el método requerido para salir del atasco.
En 1903 Carlos Puelma Besa en su Darracq con Jorge Tornish de copiloto tienen la osadía de viajar a Valparaíso por el camino de carretas via las cuestas Barriga y Zapata. En el sector de la Cuesta Ibacache, por citar sólo uno de los múltiples obstáculos que debían sortear, habían cada cierto trecho una escalinatas de piedra de 30 o 40 centímetros fabricadas para proteger el camino de las corrientes de agua. Debían con piedras “hacerle” camino al auto para que pudiera pasar. Las roturas de cárter eran frecuentes. En total demoraron 10 horas en llegar a Valparaíso. Luego intentó llegar a la frontera con Argentina, pero sólo lo hizo hasta Portillo.
En 1904 en el Darracq de 8 hp y el De Dion Bouton de 12 hp, Luis Montes, Ascanio Bascuñán, Horacio Montes y César Copetta llegan a Juncal. Aún faltaba un paso para llegar a la ansiada meta que era el monumento al Cristo Redentor, hazaña que logró Carlos Puelma Besa y Jorge Cornish acompañados de Carlos Plummer en 1906.
Se hace camino al andar
La Cuesta Chacabuco era un desafío mayúsculo: los automóviles subían y bajaban ayudados de cuerdas y rondanas. Un día se demoraban en sortearla, como refiere en antiguas crónicas Juan Blurton, uno de los pioneros del automovilismo en Chile, el cual afirmaba que un viaje ida y vuelta Santiago-Zapallar en 1909 demoraba…¡15 días! Uno al sur, hasta Tomé, una semana.
En 1907 Luisa McClure de Edwards y el Doctor Amenábar importan los primeros autos eléctricos a Chile, en tanto que Manuel Orellana trajo un Brouhot diesel. Lentamente comenzaba a formarse un parque automotor en el país, a la vez que casas comerciales se fundaron para importar variadas marcas. César Copetta ya tenía instalado su taller en las cercanías del Parque Cousiño (actual O´Higgins). Junto a los paseos por la ciudad y los trabajosos viajes fuera de ésta, era lógico que otro medio de probar los automóviles era celebrando… carreras de autos.
Nota para ClassicCars por José Francisco Valenzuela.
Edición por Javier Fernández G.